Pues este baúl ha dicho basta y ha terminado rompiéndose su tapa y ya que nos metemos en faena le vamos a dar un pequeño cambio de look.
Tapa partida por la mitad y uno de los extremos levantado
Con paciencia lijamos primero la parte de fuera y luego nos liamos con la parte de dentro
Aquellas zonas que se puede, se lijan con máquina y otras como vemos en la siguiente foto a mano como toda la vida y con paciencia para no romper las formas y curvas originales
Aprovechando que había que encolar algunas piezas que se habían separado, pues se desmontó por completo y hemos lijado todo el interior
Para el acabado final teníamos que respetar el color natural,
así que en este caso se ha optado por darle aceite de linaza
que ofrece un brillo y un tacto precioso.
La tapa a pesar de haberse arreglado se le han puesto unos refuerzos
para poder sentarse sin miedo a que volviera a romperse
La tapa restaurada
Espero que os haya gustado
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